sábado, 26 de febrero de 2011

El gran Torino


Sabado 26 de febrero 2011
Gran Torino

Como mis lecturas últimamente no me están llenando me he dedicado a ver películas que suponía que sí lo harían. Y no me he equivocado. Entre mis realizadores favoritos se encuentra Clint Eastwood, del que tenía "Gran Torino" pendiente desde hacía ya demasiado tiempo.(Ya la habia visto el año pasado, pero he vuelto a reincidir, porque me apasiona ) El veredicto es un sobresaliente de nuevo para uno de los directores más sinceros y directos del panorama cinematográfico.
Como viene siendo habitual en sus últimas producciones, ha contado una vez más con la colaboración de su hijo Kyle Eastwood en la creación de la banda sonora de la película, que capta a la perfección las intenciones de su padre a través de la música. De hecho, el tema central de la película, también titulado "Gran Torino", ha sido compuesto por padre e hijo, además del cantante inglés Jamie Cullum y Michael Stevens. Cuando suena la canción, en los títulos de crédito finales, es el propio Clint Eastwood el que canta parte del tema, aunque en los datos del film aparece bajo el seudónimo de Don Runner.
En "Gran Torino", dirigida en 2008, Eastwood vuelve a contar una historia de calidad humana, donde él mismo interpreta al personaje principal, el gruñón Walt Kowalski. Según las declaraciones del realizador, ésta ha sido su última actuación ante la cámara, centrándose a partir de ahora en su labor como director. Su papel es el de un veterano de la Guerra de Corea, viudo reciente y racista, que poco a poco ve cómo los inmigrantes orientales se adueñan del barrio en el que ha vivido toda la vida.
Pero todo cambia el día en que su nuevo vecino intenta robarle a la niña de sus ojos, su Ford Gran Torino del 72, como prueba de fuego para ingresar en una banda callejera. El joven Thao no tiene ningún interés en formar parte de ese grupo de alborotadores, pero su primo y los demás chicos lo amenazan constantemente. Como castigo a su actitud, su familia lo obliga a disculparse y a servir a Kowalski en lo que necesite durante varias semanas. Como no podía ser de otro modo, el viejo va ablandando su corazoncito y aprendiendo al mismo tiempo que enseña a Thao a salir adelante en el mundo hostil que le espera, ayudándole a labrarse un futuro al margen de la violencia callejera y la exclusión social.
En todo ello tiene mucho que ver también la hermana del joven, una mujer de enorme desparpajo, valiente e inteligente, que consigue sacar a la luz lo mejor del amargado y solitario viudo. Hasta que la pandilla decide vengarse del anciano loco y testarudo que tan buenas migas hace con sus vecinos y atacan salvajemente a la chica. Kowalski, enfermo y rendido por el dolor y la impotencia, decide jugar su última carta, su propia vida, para encerrar a los culpables y agradecer a su manera el calor que le han dado sus desinteresados vecinos asiáticos en la recta final de su existencia.
Todo en la película resulta natural, dentro de su crudeza. Se dejan ver posiblemente toques autobiográficos en el papel principal de Kowalski, puesto que Eastwood también sirvió en Corea bajo bandera estadounidense. Estoy segura de que existen en aquel país miles de veteranos cascarrabias, intolerantes y racistas que defienden a capa y espada sus barras y sus estrellas ante la afluencia de inmigrantes. Como narra con tanto realismo cruel como sentimiento "Gran Torino", cerrarse en banda no es siempre la mejor (ni la única) solución.
La película nos adentra en un universo de soledad, de nostalgia, de miedo… y al mismo tiempo nos sumerge en un choque cultural y generacional inevitable, no exento de humor negro y situaciones cercanas al surrealismo. La canción homónima es asimismo una muestra de la sensibilidad que transmite la película. Disfrutemos pues esta semana en "Películas y videos" de la deliciosa "Gran Torino", con la voz rasgada de Clint Eastwood y la ternura de Jamie Cullum.

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